domingo, 26 de octubre de 2008

Reflexiones ~

la pregunta:
- Maestro... ¿qué debo hacer de bueno para alcanzar a vida eterna? (Mt.19,16)

Un sabio dio la siguiente respuesta:

Imagina que te encuentras en una sala de conciertos escuchando los compases de la más melodiosa de las músicas y que, de pronto, recuerdas que se te ha olvidado dejar cerrado tu automóvil. Comienzas a preocuparte, y ni puedes salir de la sala, ni disfrutar de la música. He ahí una perfecta imagen de la forma que tienen de vivir la vida la mayoría de los seres humanos.

Porque la vida, para quienes tienen oídos para oír, es una sinfonía; pero es rarísimo el ser humano que escucha la música . ¿Por qué? Porque la gente está demasiado ocupada en escuchar los ruidos que sus circunstancias y su “programación” que han introducido en su cerebro. Por eso... y..... por sus apegos.

El apego es uno de los principales asesinos de la vida. Si eres capaz de ver esto claramente, sentirás el deseo de liberarte de tus apegos, y amarás únicamente a la vida y te apasionarás únicamente por ella, y te sentirás ligero de equipaje, y habrás descubierto en tu corazón, la respuesta a tu pregunta.

De “Una llamada al amor” (Anthony de Mello)


*Obrar con tacto es cosa muy importante, pues de nuestro tacto depende el éxito o el fracaso,
porque el obrar con tacto es obrar con prudencia, con talento y por consecuencia con amor.
Pero el amor debe ser impersonal, por eso dijo Jesus:
"que tu mano izquierda no sepa lo que ha hecho la derecha"; es decir,
amor puro, desinteresado y sin esperanza de recompensa.*

Autor: Jorge Adoum

El coraje no es la ausencia de temor,
sino más bien considerar que aquello que deseamos alcanzar
es mucho más importante que el temor que sentimos..


Y de eso se trata el amor.


De soltar los miedos y dejarlos ir para dar paso a todo aquello que anhelamos en la vida.

Y para ir en busca de aquello que amamos es necesario estar
abiertos a los cambios.


La vida es una eterna elección y los deseos más profundos que residen
en nuestro corazón están allí para ser realizados.


Siempre se corre riesgos, pero es parte de esta historia que se llama vida.


No podemos evitar las penas o el dolor, si podemos evitar
quedarnos atados a una pena.
Dolor es no haberlo intentado,

la pena es no haber dejado todo lo que teníamos para dar en ese amor que profesamos.


Cuando amas verdaderamente a alguien puedes navegar lejos de tu puerto
sin mirar lo que has dejado atrás porque lo que te espera allí, adelante
es lo que te hará feliz y es lo que has elegido y por el cual estás dispuesto a jugarte,

pero hay que amar profundamente para darse por entero .


Y cuando uno ama, se ama a la vida y esa vida se expresa
en cada sonrisa que nos regalan,

en la calidez que nos brindan esos brazos en un abrazo profundo.
La vida se expresa en el ser que amamos y está allí esperándonos
para que la exploremos, para que la hagamos parte de nuestros sueños,

para descubrirla y amarla tal cual es.


No importa cuanto caminamos,
importa si al caminar dejamos huellas profundas de amor en el otro.


Jugarse por aquello que amamos nos dignifica la vida,
el amor nos dignifica,
el amor nos hace íntegros y que lindo es sentirse vulnerable cuando uno ama....
porque entonces quiere decir que soltaste tus velas y te entregaste en cuerpo y alma,

te despojaste de tus miedos y abrazaste al amor.


Cuando amas...
entonces ríes, entonces anhelas, abrazas a la vida, también lloras, lloras ausencias, lloras caricias,

lloran tus necesidades, necesidad de ver, de sentir,
de estar con el otro.
Se llora amor porque el amor lo abarca todo, aún el dolor más profundo
encierra en si un amor muy profundo.


No duele lo que se pierde si antes no lo has amado.


De eso se trata la vida, de vivir en plenitud cada sentir,
de no ser meros espectadores sino de ser protagonistas
de aquello que hemos elegido amar.


Y se corren riesgos,
pero vale la pena haberlos corrido si al mirar atrás
ves dos pares de huellas que hicieron camino al andar,
y sentirás plenitud al saber que has amado y te han amado..


Mónny Leffler, 2002

enviado por Gildy, colaboradora de Semillasdeluz
"Vuelve a comenzar
Serafín Alarcón
Volver a comenzar no es tan malo...
Así que; si experimentas fatiga y si la victoria te abandona
vuelve a comenzar.
En ocasiones una caída nos sirve
para levantarnos mas fuertes y felices.
Convierte un tropiezo en escalón,
en una buena idea, pero si no se logra; vuelve a comenzar.
Si una infidelidad te hace llorar,
si un sueño se escapa de tus manos, si la enfermedad devora el cuerpo;
Buen animo! solo piensa que otros en circunstancias mas adversas vencieron.
Si algunos ignoran tus intentos y se burlan de ti;
déjalos, no escuches el amargo eco de sus voces...
Paga bien por mal, no tienes derecho a maltratar
a nadie porque un día fuiste maltratado.
En fin, si las cosas no salen como esperas;
Vuelve a comenzar.
TU PUEDES!!!

Perdonar, una decisión valiente

LA RABIA Y EL RENCOR CRONICOS
No se puede ofrecer un perdón verdadero si se niega o se hace caso omiso de la rabia y el resentimiento.

El motivo más obvio para perdonar es liberarnos de los efectos debilitadores de la rabia y el rencor crónicos. Al parecer, estas dos emociones son las que más convierten el perdón en un desafío, a la vez que en una grata posibilidad para quien desee una paz mayor.
Como todos sabemos, la rabia y el rencor son emociones muy fuertes que desgastan nuestra energía de muchas maneras.
Cuando vayas quitando las capas, probablemente descubrirás que esa rabia en realidad es un sentimiento superficial. No en el sentido de que sea trivial o falso, sino en el de que hay muchos otros sentimientos y dinámicas por debajo de él. Cuando nos perdemos en la rabia nos volvemos sordos a nuestros sentimientos más profundos. Hemos aprendido a escuchar sólo aquellos que saben gritar más fuerte.
La rabia es una intensa reacción emocional temporal cuando uno se siente amenazado de alguna manera. Cuando surge, puede expresarse abierta y directamente, o puede ocultarse debajo, donde se expresa de un modo callado y persistente en forma de resentimiento crónico, que es esa sensación constante de agravio o de mala voluntad que persiste aún mucho tiempo después de que haya pasado la situación que provocó la rabia. Se ha comparado el resentimiento al acto de aferrarse a una brasa encendida con la intención de lanzársela a otro quemándose uno la mano mientras tanto.
De hecho, la palabra resentimiento viene de resentir, es decir, volver a sentir intensamente una y otra vez. Cuando estamos resentidos, sentimos con intensidad el dolor del pasado una y otra vez. Esto, sin duda, no sólo tiene un efecto lamentable en nuestro bienestar emocional, sino que también repercute negativamente en nuestro bienestar físico.

Robin Casarjian -

El Budismo

A su padre, el Rey Sudhodana, le gustaba la idea que su hijo se convirtiera en un gran líder político y por esta razón consintió a su hijo para evitar que viera cosas que pudieran llevarlo por la senda religiosa, aunque el Príncipe Siddharta parecía más interesado por la naturaleza que por las destrezas militares. Las profecías decían que un día abandonaría el palacio para convertirse en un líder religioso.

A los nueve años, su padre le permitió ir al Festival Anual del Arado donde participó de buen gado. Vio arar a un agricultor, vio el trabajo, el esfuerzo, la lucha y la repetición de esta labor agotadora, algo que nunca había visto en palacio. Se escabulló de los festejos y se quedó solo. Sintió que su mente le guiaba a un estado contemplativo.

Mientras observaba como el arado atravesaba y separaba la tierra, descubrió un pájaro comiéndose a un gusano que acababa de ser desenterrado. Se preguntó por qué los seres vivos tenían que sufrir de este modo. Si aquél hombre no hubiera arado, el pájaro no se habría comido al gusano.

Se dio cuenta que todo estaba relacionado y de que todas las acciones tenían consecuencias. Esta sencilla observación se convertiría en una de las piedras angulares de sus enseñanzas: el karma.

Mientras Siddharta crecía, su padre hizo todo lo posible para que se quedara dentro del palacio. Cuando alcanzó los dieciséis años, el rey le encontró una hermosa novia, la Princesa Yasodara. Siddharta tuvo que competir por su mano y el rey disfrutó de la habilidad exhibida por su hijo en la competición.

El rey empezaba a convencerse que su hijo se encontraba a gusto en palacio rodeado de toda clase de placeres, pero este le importunó para que lo dejara salir; el rey aceptó pero eliminó de los alrededores de palacio todo aquello que fuera desagradable.

El primer contacto de Siddharta con el exterior le revelaría la cruda realidad. Con la ingenuidad de un niño, salió con Channa, su auriga como guía. El príncipe realizó cuatro viajes y vio cuatro señales como había predicho el adivino. Cada viaje reveló a Siddharta un aspecto de la vida que se le ocultó deliberadamente.

En su primer viaje al campo, lejos de su padre, tuvo la primera señal cuando vio a un anciano que caminaba con dificultad por una aldea; preguntó a Channa qué le ocurría a aquél hombre y éste le explicó el proceso del envejecimiento. Siddharta se alarmó cuando supo que no se puede escapar a la vejez y que es algo que nos ocurre a todos. Para Siddharta la realidad empezaba a revelar una imagen cruel del mundo donde la desgracia y el sufrimiento parecían dominar todos los aspectos de la vida.

Llegó la segunda señal, Siddharta vio a un hombre enfermo con los miembros deformados por su dolencia. Preguntó a Channa si todo el mundo podía enfermar y supo la verdad de que todos podemos caer enfermos. El muro de fantasía que le rodeaba estaba empezando a desmoronarse.

La tercera señal se le mostró cuando vio un cadáver envuelto en lino al que llevaban a la pira funeraria. Siddharta se horrorizó al saber no sólo que todos los hombres son mortales sino que los brahmanes creían que después de la muerte todos renacemos para sufrir y morir una y otra vez. Al parecer no había fin ni solución al miserable e inevitable ciclo de la vida.

La cuarta señal marcaría el futuro de Siddharta cuando vio a un hombre vestido con una sencilla túnica y un platillo de limosna, ¿porqué habría alguien de renunciar a los placeres del mundo para vagar por el campo pidiendo limosna?. Channa le explicó que el hombre había renunciado a esos placeres para enfrentarse a la realidad y buscar respuesta a esta dolorosa existencia. Este viaje dio una nueva comprensión del mundo a Siddharta, esas cosas que vio no sólo le sucedían a los demás, también le sucederían a él.

De regreso al palacio, se dio cuenta que las frutas y flores que le rodeaban se pudrirían y marchitarían; los muros de palacio acabarían por desmoronarse algún día. Su esposa acababa de dar a luz a un precioso bebé pero algún día ellos envejecerían, enfermarían y morirían. Era inevitable. Había aprendido el significado de la temporalidad y lo veía en todo lo que le rodeaba.

Siddharta sabía que tenía que dejar a su familia para buscar respuestas a las preguntas que le atormentaban sobre el significado de la vida. Se despojó de sus joyas y cambió sus ropas por harapos, se cortó su largo cabello. Se quedó solo por vez primera.

Al fin había escapado al falso mundo de la vida de palacio donde el sufrimiento había sido borrado de su vida, ahora necesitaba verse cara a cara con la realidad si quería encontrar una solución al dolor de la existencia. Se dio cuenta de que si quería encontrar una respuesta al sufrimiento que le rodeaba tendría que desafiar a la religión de los brahmanes.

En su búsqueda, Siddharta se adentró en el norte de la India; buscaba una forma de vida alternativa con que intentar superar el sufrimiento que había visto a su alrededor. Decidió centrarse en la técnica de la meditación. Esta práctica tenía dos modos en aquel tiempo. La primera consistía en ponerse bajo varios tipos de presión controlando la respiración. La segunda era sufrir otras formas de aflicción cuyo objetivo era alcanzar los estados alterados de conciencia con lo cual se buscaba ascender a las altas llanuras del universo.

Practicó el ascetismo severo donde los ascetas llegan a morir de hambre incluso automutilarse; para ellos el cuerpo físico es una barrera para la liberación espiritual ya que el despojarse de su apego al cuerpo limpiarán su cuerpo y liberarán su alma. Siddharta intentó alcanzar este estado de liberación, ayunó tanto tiempo que su vida llegó a correr peligro.

Cuando Siddharta estaba a punto de morir de hambre, una niña le salvó la vida ofreciéndole un cuenco de arroz y leche. Entonces se dio cuenta que si se dejaba morir de hambre, simplemente moriría sin haber conseguido nada. Se dio cuenta que disciplinar el cuerpo a través de una extrema abnegación, que el ascetismo de infligir al cuerpo dolor no resuelve el problema.

Por casualidad, Siddharta se encontró con un músico que tocaba su citar. Si las cuerdas estaban demasiado flojas, no podía tocar; si estaban demasiado tensas, se partían. En algún lugar intermedio se encontraba la melodiosa armonía. Siddharta se percató que esta sencilla observación implicaba algo de gran importancia, era ese camino intermedio el que le llevaría al estado mental que él buscaba, a un estado de melodiosa armonía, de iluminación pero necesitaba saber cómo lograrlo.

El camino que Siddharta sigue al final de esta etapa es el cuidado o la conciencia del cuerpo que ni lo ignora ni intenta dominarlo a la fuerza, es un camino intermedio. Este camino guió a Siddharta por el campo, llevaba seis años viajando, había experimentado el dolor y el sufrimiento y había ampliado los límites de su mente pero aún no había encontrado la paz interior y la armonía que buscaba, el estado de absoluta sabiduría y dicha perpetua conocido como iluminación.

Siddharta llegó a Bodgaya, aquí su tormento llegaría a su fin, se sentó bajo un árbol y juró no abandonar el lugar hasta haber alcanzado la iluminación. Empieza a concentrar la mente prestando atención al lento movimiento de la respiración. Su mente estaba tan concentrada que ya podía penetrar con éxito en los tramos más oscuros de su inconciencia.

Ahora se enfrentaría a su último tormento, el mayor de todos: el Demonio Mara, el Señor del Ego y la Ilusión, se apareció ante él y podía conseguir que cualquier horror pareciera real en la mente de Siddharta. Mara no tienta a nadie, no es el contrapunto de Dios, es puramente una fuerza psicológica que tenemos en nuestro interior.

Mara desencadenó un ejército de demonios para que atacara a Siddharta; le dispararon flechas llameantes pero en pleno vuelo, Siddharta las convirtió en flores de loto y cayeron inocentemente a su alrededor.

Ante este fracaso, Mara intentó seducir a Siddharta tentándole con sus hijas. Le ataca el Rey Demonio que es el mismo tiempo muerte y deseo; el deseo es la muerte y la muerte es deseo. Y de hecho el Rey Demonio le ofrece a sus tres hijas que son tanto la Pasión, la Lujuria como la Aversión. Si escapas a ésta diciendo que es repugnante, también eres un esclavo de la Pasión.

Siddharta se muestra totalmente tranquilo e indiferente y las observa sin sensación alguna de atracción o repulsión. Los rostros de las hijas de Mara comenzaron a pudrirse ante los ojos de Siddharta y a continuación desaparecieron en el interior de la tierra. El reconocimiento por parte de Siddharta de que Mara es un aspecto de sí mismo, el reconocimiento total de ello es su iluminación.

Siddharta tenía treinta y cinco años y pasó por cuatro yanas para convertirse en Buda, el Despierto. Después pasaría siete días bajo el árbol en un estado meditativo de dicha absoluta. Este se considera un estado en el que la mente está increíblemente refinada y sensible y la imagen podría ser la de un lago que está totalmente tranquilo en el que se podría descubrir hasta un insecto sobre la superficie, por ello se considera un estado en el que la mente es muy poderosa como instrumento de conocimiento.

En este estado de tanta armonía, Buda vio la forma de escapar al inevitable ciclo de la vejez, la enfermedad y la muerte. Se dio cuenta que si eliminamos el deseo o apego, podemos eliminar el descontento y el sufrimiento de nuestras vidas.

La profundidad que Buda alcanzó bajo el árbol Bodhi significó el nacimiento del Budismo, una religión que hoy profesan cuatrocientos millones de personas. Buda resumió su sabiduría en Cuatro Verdades Nobles que son los fundamentos de todas las creencias budistas.

La primera verdad reconocía que en la vida hay sufrimiento. La segunda diagnosticaba la causa de ese sufrimiento: el deseo o apego. En la tercera verdad, como un médico, Buda revelaba que había una cura para el deseo. Y en la cuarta verdad daba la receta de cómo curar la enfermedad y lograr la iluminación o nirvana.

El objetivo último era alcanzar un estado mental completamente libre de deseo, ignorancia, avaricia, odio y engaño, por consiguiente, libre de todas las causas del futuro renacimiento. Cuando una persona iluminada muere, va más allá del renacimiento, a un estado más allá del espacio y del tiempo y no regresa, por ello, se considera un estado de liberación.

En sus enseñanzas, Buda señalaría la moralidad, la meditación y la sabiduría como trampolines hacia la iluminación. Dedicaría el resto de su vida a ayudar a los demás a seguir este camino hacia la liberación de todo sufrimiento.

Ocho años después regresó al palacio y a la familia que había abandonado. Cuentan que su padre le perdonó por el profundo daño que le había causado. El Rey Sudhodana se dio cuenta de la importancia de la búsqueda de su hijo, incluso su madrastra le suplicó que le permitiera unirse a su sanga o monasterio y se convirtió en la primera monja de la historia.

Buda volvería a abandonar de nuevo a su familia, partió para enseñar durante cuarenta años y transmitir a sus seguidores la sabiduría que él había alcanzado bajo el árbol Bodhi pero antes de marcharse ordenó monje a su hijo. Buda animó a sus seguidores a vivir juntos en un sanga o monasterio para ayudarles a concentrarse en el camino hacia la iluminación.

A la mayoría de los occidentales no les atrae el Budismo como una forma de dejar atrás la sociedad, les atrae la práctica de la meditación para ser más eficaces dentro de la sociedad y es ahí donde el mensaje del Budismo toma un camino muy diferente porque se convierte en una forma de automejora, una forma de lidiar con el estrés de la vida, una forma de clarificar nuestros fines y objetivos.

Numerosos occidentales se sienten especialmente atraídos por la meditación budista. Todos vislumbramos a veces la magia y el misterio del momento; lo que la meditación hace es ayudarnos a tocarlo más a menudo, nos ayuda a ser más tranquilos y controlados en nuestra mente y podemos recrear condiciones que nos permiten entrar en un estado de conciencia, de interdependencia, de temporalidad, de nirvana.

Algunas escuelas budistas creen que Buda era sobrehumano, una figura mágica asociada con los dioses y que realizaba milagros. Otras afirman que no era más que un ser humano y creen que es esto lo que añade poder a su mensaje.

No hay duda que Buda deseaba ser recordado como un ser humano, con fragilidades humanas, quizás no fragilidades del intelecto o morales sino sin duda fragilidades físicas y Buda sufre de dolores de espalda. Buda moriría a los ochenta años de una enfermedad muy común: intoxicación alimenticia.

Dicen que antes de morir, cayó en un estado muy profundo en su viaje desde este mundo hacia el nirvana, un estado de dicha eterna, libre al fin del renacimiento, libre al fin del sufrimiento y la muerte.

Se convocó a un concejo para recoger para la posteridad las enseñanzas de Buda, que se aprenderían de memoria y se transmitirían a lo largo de los siglos gracias a generaciones de monjes.

Buda alcanzó la iluminación en el efímero momento de un parpadeo. Este momento, efímero momento, es el tiempo que se tarda en «darse cuenta» y ese momento no se puede explicar.

Ese momento especial dio origen a la primera religión del mundo, una religión sin un Dios, donde el camino hacia el nirvana se encuentra en la mente de todos y cada uno de nosotros.

Discovery Channel

No esperéis nada que no sea de vosotros mismos.

El mundo está lleno de sufrimiento. La raíz del sufrimiento es el apego a las cosas. El remedio está en dejar caer el apego a las cosas.

Bendice a tu enemigo, él te permite crecer.

Aquél que está Despierto se ve libre de cualquier cadena y trasciende la vida y la muerte. La ignorancia crea la ilusión del nacimiento y la muerte, pero cuando se disipa la ignorancia, se percibe el supremo y luminoso Absoluto.

Somos sistemas interdependientes compuestos de sentimientos, percepciones, pensamientos y conciencias interconectados entre sí. Analizándolo de este modo, descubrimos que el «mí» o lo «mío» no reside en ninguna de las partes de ese sistema, al igual que el sonido no pertenece a ninguna de las partes del laúd.

Esta existencia nuestra es tan transitoria como las nubes de otoño. Observar el nacimiento y la muerte de los seres es como mirar los movimientos de una danza. Una vida es como un relámpago en el cielo, que se desliza veloz como un torrente por la pendiente de una montaña.

Buda

Perdona a los demás y Déjalos ser

Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiendose ofendidas por lo que alguien les hizo... La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida…
¡Nadie te ha ofendido!

Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren.
Y las expectativas tu las creas con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias.
Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor, y no te lo dieron, no tienes porqué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.

Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo…
Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entra las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren.
Nuevamente, eso está en tu imaginación.

¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende y daña a nadie. Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma.

El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las “ofensas”.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan.
Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como deben de actuar los demás. Una novela que no tiene nada que ver con la realidad.
También, las personas son creaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior.
Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas.

Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su “inventario”. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió.

Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes.
¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.

Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año.

¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años? Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia.
Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es.
Y es un círculo vicioso.

Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos. Déjalos ser.
También, nadie te pertenece. Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron “¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros”.

Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Solo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.
Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Amalas, disfrútalas y déjalas ir.
Entonces ¿Cómo puedo perdonar?

1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas y Dios las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA van a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque son ideas falsas.

2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, amigos y parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Ama y deja ser.

4) Deja de pensar demasiado. Abrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja o Dios perfecto. Es un concepto creado por la mente humana que ha un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol rico, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Solo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.

6) Intoxícate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. Me complacerá decírtelo por experiencia.

7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile porqué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de porque lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.

8) A la luz del corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo.

9) Es natural pasar por un periodo de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate con alguien para dejar fluir el dolor. Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.

Y como dirían los Beatles, Let it be!
Deja al mundo ser. Y déjate ser a ti también.

martes, 7 de octubre de 2008

lunes, 6 de octubre de 2008

Cuentos Zen

Cuentos Zen 1

[De la Pagina : http://www.jorgeolguin.org]

El Increíble Ki

Un Maestro de combate a mano desnuda enseñaba su arte en una ciudad de provincia. Su reputación era tal en la región que nadie podía competir con el. Los demás profesores de artes marciales se encontraban sin discípulos. Un joven experto que había decidido establecerse y enseñar en los alrededores quiso ir un día a provocar a este famoso Maestro con el fin de terminar con su reinado.

El experto se presento en la escuela del Maestro. Un anciano le abrió la puerta y le pregunto que deseaba. El joven anunció sin dudar su intención. El anciano, visiblemente contrariado, le explicó que esa idea era un suicidio ya que la eficacia del Maestro era temible.

El experto, con el fin de impresionar a este viejo medio chocho que dudaba de su fuerza, cogió una plancha de madera que andaba por allí y de un rodillazo la partió en dos. El anciano permaneció imperturbable. El visitante insistió de nuevo en combatir con el Maestro, amenazando con romperlo todo para demostrar su determinación y sus capacidades. El buen hombre le rogó que esperara un momento y desapareció.

Poco tiempo después volvió con un enorme trozo de bambú en la mano. Se lo dio al joven y le dijo:

- El Maestro tiene la costumbre de romper con un puñetazo los bambúes de este grosor. No puedo tomar en serio su petición si usted no es capaz de hacer lo mismo.

El joven presuntuoso se esforzó en hacer con el bambú lo mismo que había hecho con la plancha de madera, pero finalmente renunció, exhausto y con los miembros doloridos. Dijo que ningún hombre podía romper ese bambú con la mano desnuda. El anciano replicó que el Maestro podía hacerlo. Aconsejó al visitante que abandonara su proyecto hasta el momento que fuera capaz de hacer lo mismo. Abrumado, el experto juró volver y superar la prueba.

Durante dos años se entrenó intensivamente rompiendo bambúes. Sus músculos y su cuerpo se endurecían día a día. Sus esfuerzos tuvieron sus frutos y un día se presentó de nuevo en la puerta de la escuela, seguro de sí. Fue recibido por el mismo anciano. Exigió que le trajeran uno de esos famosos bambúes de la prueba y no tardo en calarlo entre dos piedras. Se concentró durante algunos segundos, levanto la mano y lanzando un terrible grito rompió el bambú. Con una gran sonrisa de satisfacción en los labios se volvió hacía el frágil anciano. Este le declaró un poco molesto:

- Decididamente soy imperdonable. Creo que he olvidado precisar un detalle: el Maestro rompe el bambú... sin tocarlo.

El joven, fuera de sí, contestó que no creía en las promesas de este Maestro cuya simple existencia no había podido verificar.

En ese momento, el anciano cogió un bambú y lo ató a una cuerda que colgaba del techo. Después de haber respirado profundamente, sin quitar los ojos de bambú, lanzó un terrible grito que surgió de lo más profundo de su ser, al mismo tiempo que su mano, igual que un sable, hendió el aire y se detuvo a 5 centímetros del bambú... que saltó en pedazos.

Subyugado por el choque que acababa de recibir, el experto se quedó durante varios minutos sin poder decir un palabra, estaba petrificado. Por último pidió humildemente perdón al anciano Maestro por su odioso comportamiento y le rogó que lo aceptara como discípulo.

Sexto sentido

Tajima no kami paseabas por su jardín una hermosa tarde de primavera. Parecía completamente absorto en la contemplación de los cerezos al sol. A algunos pasos detrás de él, un joven servidor le seguía llevando su sable. Una idea atravesó el espíritu del joven:

"A pesar de toda la habilidad de mi Maestro en el manejo del sable, en este momento sería fácil atacarle por detrás, ahora que parece tan fascinado con las flores del cerezo".

En ese preciso instante, Tajima no kami se volvió y comenzó a buscar algo alrededor de sí, como si quisiera descubrir a alguien que se hubiera escondido. Inquieto, se puso a escudriñar todos los rincones del jardín. Al no encontrar a nadie, se retiró a su habitación muy preocupado. El servidor acabó por preguntarle si se encontraba bien y si deseaba algo. Tajima respondió:

- Estoy profundamente turbado por un incidente extraño que no puedo explicarme. Gracias a mi larga práctica de las artes marciales, puedo presentir cualquier pensamiento agresivo contra mí. Justamente cuando estaba en el jardín me ha sucedido esto. Pero aparte de tí no había nadie, ni siquiera un perro. Estoy descontento conmigo mismo, ya que no puedo justificar mi percepción.

El joven servidor, después de saber esto, se acercó al Maestro y le confesó la idea que había tenido, cuando se encontraba detrás de él. Humildemente le pidió perdón.

Tajima no kami se sintió aliviado y satisfecho, y volvió al jardín.

Bokuden y sus tres hijos

Bokuden, gran Maestro de sable, recibió un día la visita de un colega. Con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que habían alcanzado siguiendo su enseñanza, Bokuden preparó una pequeña estratagema: colocó un jarro sobre el borde de una puerta deslizante de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitación.

Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llamó a su hijo mayor. Cuando éste se encontró delante de la puerta, se detuvo en seco. Después de haberla entreabierto cogió el vaso antes de entrar. Entró cerró detrás de él, volvió a colocar el jarro sobre el borde de la puerta y saludó a los Maestros.

- Este es mi hijo mayor - dijo Bokuden sonriendo -, ya ha alcanzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro.

A continuación llamó a su segundo hijo. Este deslizo la puerta y comenzó a entrar. Esquivando por los pelos el jarro que estuvo a punto de caerle sobre el cráneo, consiguió atraparlo al vuelo.

- Este es mi segundo hijo - explicó al invitado -, aún le queda un largo camino que recorrer.

El tercero entró precipitadamente y el jarro le cayó pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvainó su sable y lo partió en dos.

- Y este - respondió el Maestro - es mi hijo menor. ES la vergüenza de la familia, pero aún es joven.

Tantra

Tantra

Palabras preliminares del Prof. Jorge Olguín sobre un concepto de Antonio Javier Plazas, profesor tradicional de Teología Védica especializado en Filosofía y Psicología.

Nuestra sexualidad no tiene que ser únicamente una descarga de la tensión o un poseer al otro para disfrutar nosotros en el otro... tiene que ser un intercambio, un acto de conciencia.

Debemos quitarle al Tantra los velos de la ignorancia que ocultan su filosofía y su mística profunda, enfatizar su profunda espiritualidad, llevar a la Luz el conocimiento de los Chakras, la energía que se transmite a través del orgasmo, la divinización de la persona y tener en claro que la energía sexual es una energía espiritual.

De esa manera es como aprenderemos a amarnos para poder amar, estableceremos el principio de que el amor es dar para poder recibir, pero hay que darlo también desde el crecimiento personal. Entonces, en ese sentido, abordamos la sexualidad.

Sin duda alguna, una cosa es utilizar el Tantra como un seminario de sexología, lo cual estaría muy bien si el instructor toma de los conocimientos del Tantra lo que sabemos para poder hacer del acto sexual un buen sexo, o cómo encontrarse bien previo a hacer un buen sexo. Eso sería sexología del Tantra, que es un capítulo enfático sobre lo que es la sexualidad que, a su vez, abarca mucho en una persona, no solo sobre las funciones sexuales.

La sexualidad siempre crea la morbosidad porque tradicionalmente, por las tradiciones religiosas dominantes e históricas, han negado al hombre una parte de su ser. El por qué lo han negado, ya se sabe, se habla mucho.
La sexualidad, algo tan normal, tan evidente que lo vemos por todas partes (hasta las flores hacen su sexo), es para el hombre motivo de controversia. Lo que para ningún otro ser de la creación es algo problemático, para el hombre sí lo es. Pero todo aquello que se prohíbe crea el afán de hacerlo, y si se prohíbe el sexo, se quiere hacer el sexo, si se prohíbe hablar del sexo, se quiere hablar del sexo, si se tapa el cuerpo, se quiere ver el cuerpo. Entonces el problema de la sexualidad por el que se habla tanto, es porque se hace menos y se busca hablar más, porque las personas tienen problemas de relación, no saben cómo conocer a una persona, cómo establecer un contacto con ella, intimar emocional y sentimentalmente e incluso, satisfacerse sexualmente. Entonces se habla mucho porque se desea mucho y hay una problemática más allá del hecho de la genitalidad. Ese es el problema, es un problema de relación humana. Y por esa razón después recurrimos a un objetivo como el Tantra o cursos como Tantra, a ver si tenemos la oportunidad de hacer lo que no somos capaces de hacer.

La energía sexual es una energía creativa que se proyecta de dos formas: una, para reproducir, es decir lo material, la parte de la materia que hay en nosotros, la práctica y parte de lo que yo soy. Otra, para trascender a través del Otro, intercambiando dicha energía. Destaco que si en lugar de circular esa energía sexual, la misma se retiene inconscientemente por una postura egoísta, se produce en la mujer un bajón energético, debilitando su aura.

La palabra sánscrita para hombre es Mánaba. Manas significa mente y bada significa estructura de pensamiento. Entonces mánaba es aquel ser que tiene la mente para conceptuar. Un concepto es la definición y el entendimiento de algo. Volviendo al tema de la energía sexual, la misma tiene la capacidad para crear lo que yo soy: un ser inteligente que crea un mundo inteligente. Eso viene dentro de la fuerza sexual y la capacidad mental, que encierra no solamente una función intelectiva, la de comprender el mundo, construirlo, sino que trae un misterio más. Y lo que viene es la divinidad: la capacidad de ser consciente de ello, y es ahí donde se produce la trascendencia.

El Tantra hace al hombre más espiritual, en sus facultades físicas y psíquicas; pero ahí viene la mística si además le hace conocer su divinidad. Cuando hablamos de lo profano dentro del Tantra, es constituirse como un buen ser, psíquica, física y energéticamente en los campos que se quiera proyectar. Si hablamos de lo sagrado, es que contacte con su espiritualidad, porque solamente creciendo en lo espiritual se puede alcanzar la Sabiduría.

Yo creo que la mejor definición práctica de lo que es el Tantra, ya sabiendo lo que hemos dicho al principio, lo describo como lo que se perfecciona y expande; y que Tantra es todo un conjunto de conocimientos tanto filosóficos (pero la filosofía no es teoría, sino que es el avance del pensamiento) como prácticos, es decir, métodos que permiten al ser humano ordinario ser más de lo que es, a saber ser, a saber hacer, a saber estar, a saber vivenciar...

PRÓLOGO

EL ORGASMO

EL CLÍTORIS DURANTE LA RELACIÓN

EL TANTRA Y LA SEXOLOGÍA

INTRODUCCIÓN AL SEXO MÍSTICO

LA ESENCIA DEL TANTRA

LA ENERGÍA DEL SEXO

EL ARTE DE LA SEXUALIDAD

SECRETOS SEXUALES DE ORIENTE

ENERGÍA VITAL KUNDALINI

SEXUALIDAD MASCULINA

EL PUNTO G

EL TAMAÑO DEL PENE

DIBUJOS Y FOTOS

EPÍLOGO